Niña, sigo rezando por ti…
Sigo teniendo miedo, al verte ahí,
Sé cuantas fuerzas le resta a tu lucha
el estar en ese lugar
Sé el pánico que sientes en las noches
Y que lloras cuando se cierra la puerta
Tras la última visita del día.
Imagino cuanto extrañas “la vida”
Esa vida entre cuatro paredes
Pero que al fin y al cabo es tu vida.
La que amas…
Pero no sé como explicarte
Que este reino, del que eres dueña
Entristece sin su pequeña princesita
Riendo en el palacio, jugando, cantando.
Como se entristece, el libro que dejaste
A medio leer, marcado con una flor
Que no termina de suspirar.
Como el sol dejo de brillar cada mañana
En las ventanas, en el jardín.
Como enmudecieron los pájaros.
Si hasta tu perro te extraña.
Y se hecha todo el día, triste…
Y lloramos juntos, en las tardes.
En tu cama real.
Como te explico, entonces…
Que muchas cosas pierden sentido,
Incluso mi vida media abandonada por ti.
Incluso las calles por las que ya no reímos.
Y la vida de todos los que te amamos.
Sigue luchando, no me importan los motivos
No voy a buscarles el absurdo.
Sigue soñando, que cada cosa te espera.
Vuelve a casa, que falta tanto
Tu frágil locura en ella.
